Me quemaba por dentro y nada ni nadie conseguía aliviarme. Me
convertí en una figura gris por los pasillos. Huía sin saber de qué. Creí que
si corría más que el horizonte, las sombras del pasado se apartarían de mi
camino. Creí que si ponía suficiente distancia, las voces de mi mente se callarían
para siempre. Y volví. Como se vuelve a los vicios. Y como todos los vicios,
acaban destruyéndote por dentro. Yo volví, para seguir destruyéndome.
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