Cuando uno se marcha, se da cuenta de que hogar no es dónde vives ni a dónde vas. Llevamos la casa a cuestas, y a veces son tan empinadas y estrechas que la abandonamos a mitad de camino. Por eso, cuando nos perdemos a nosotros mismos, cuesta tanto sentirnos a salvo.
Ni todos los lugares de los que uno se va se pausan, ni todas las personas que uno abandona se quedan.
Pero a ti podría decirte que si algún día me abandonas, me colocaré delante, justo en ese preciso lugar que no te permita nunca mirar hacia atrás con pena.
A ti podría decirte que cuando no tengas un sitio al que volver, pienses que tienes abierto todos mis huecos.
A ti podría decirte que si un día te sientes perdido dentro de ti mismo, daré con la solución a tu laberinto, abriéndome el pecho y poniéndome delante, justo en ese lugar en el que hablo tanto de ti que no te costará ningún esfuerzo reconocerte y volver a encontrarte.
A ti podría decirte que para mí, cualquier lugar es mi casa si eres tú quien abre la puerta.
Elvira Sastre
No hay comentarios:
Publicar un comentario