A los cinco años nos preguntaron qué queríamos ser de
mayores, y contestábamos cosas como astronauta, presidente, o en mi caso, princesa.
A los diez volvieron a preguntárnoslo, dijimos estrella de rock, vaquero, o en
mi caso, medallista de oro. Pero ahora que somos mayores quieren una respuesta
seria, a ver qué os parece esta: ¿quién lo sabe?
No es momento de tomar decisiones rápidas, es momento de
cometer errores, de subirse al tren equivocado y extraviarse, de enamorarse, de
licenciarse en filosofía porque es imposible hacer carrera en ella, de cambiar
de idea y volver a cambiar porque no hay nada permanente, así que cometed todos
los errores que podáis, y algún día cuando nos pregunten qué queremos ser, no
tendremos que adivinarlo, lo sabremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario