Cuando leo las
cartas que te escribí, los mensajes que te envié, las sonrisas que te regalé...
es entonces cuando me doy cuenta de que todo era una mentira, que mientras yo
estaba feliz y enamorada de ti, tú estabas por ahí, preocupándote por cosas
insignificantes, pensando en otras, en cómo ocultarme las cosas y regalándome
cada día una de tus sonrisas, las que me hacían creer que todo era perfecto,
las que me hacían creer que para ti era lo único y más importante de tu vida...pero
una vez más, me equivoqué, volví a ilusionarme, a cegarme, a creerte hasta el
final, sin saber que ese final estaba cerca, que ese final iba a poder conmigo.
Que yo lo sé, sé
que ni soy perfecta, ni la mejor del mundo, ni soy simpática, ni tampoco la
chica de la que presumirías con tus amigos, ¿pero sabes qué tengo yo que me
diferencia de las otras? Que te iba a querer como nunca lo habían hecho, que
iba a estar hasta el final, que iba a mandarlo todo a la mierda por ti, que por
muchos defectos que tenga, hay una gran virtud que tú no has sabido ver, todo
el amor que te he dado.
Y ya sé que todo
ha pasado, que se supone que empezamos de cero, pero no es justo, porque no
quiero pensar en todos esos momentos y que a continuación se me venga a la
cabeza la palabra MENTIRA, que no sé para ti, pero para mí era perfecto, era
perfecto levantarme un día y pensar en ti, en que eras la mejor persona del
mundo...pero yo ahora eso no puedo hacerlo, porque la mejor persona del mundo
nunca mentiría a los que quiere.
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