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domingo, 20 de mayo de 2012

La ignorancia hace a la felicidad

Cuando leo las cartas que te escribí, los mensajes que te envié, las sonrisas que te regalé... es entonces cuando me doy cuenta de que todo era una mentira, que mientras yo estaba feliz y enamorada de ti, tú estabas por ahí, preocupándote por cosas insignificantes, pensando en otras, en cómo ocultarme las cosas y regalándome cada día una de tus sonrisas, las que me hacían creer que todo era perfecto, las que me hacían creer que para ti era lo único y más importante de tu vida...pero una vez más, me equivoqué, volví a ilusionarme, a cegarme, a creerte hasta el final, sin saber que ese final estaba cerca, que ese final iba a poder conmigo.

Que yo lo sé, sé que ni soy perfecta, ni la mejor del mundo, ni soy simpática, ni tampoco la chica de la que presumirías con tus amigos, ¿pero sabes qué tengo yo que me diferencia de las otras? Que te iba a querer como nunca lo habían hecho, que iba a estar hasta el final, que iba a mandarlo todo a la mierda por ti, que por muchos defectos que tenga, hay una gran virtud que tú no has sabido ver, todo el amor que te he dado.
Y ya sé que todo ha pasado, que se supone que empezamos de cero, pero no es justo, porque no quiero pensar en todos esos momentos y que a continuación se me venga a la cabeza la palabra MENTIRA, que no sé para ti, pero para mí era perfecto, era perfecto levantarme un día y pensar en ti, en que eras la mejor persona del mundo...pero yo ahora eso no puedo hacerlo, porque la mejor persona del mundo nunca mentiría a los que quiere.

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