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domingo, 7 de abril de 2013

Hay días que son así

Estamos sentados en la playa, una tarde de verano frente al mar. Ya no hace tanto calor y el sol comienza a esconderse por el horizonte. Aparentemente no estamos haciendo nada, nuestra mirada vaga perdida mar adentro sin ninguna expresión concreta. Para alguien que nos mira desde lejos, nuestra inactividad contrasta con los chicos que juegan al voleibol, con los niños que hacen castillos de arena y con el anciano que pasea un perro por la orilla. Sin embargo, nosotros nos hemos aislado del mundo y somos completamente ajenos a él. Estamos pensando en nuestros problemas y unos pensamientos se encadenan con otros o los sustituyen. Y nosotros seguimos así, pensando, recordando, deseando, sintiendo... Aislarse del mundo cuando éste no tiene nada que mostrarte es mucho más gratificante. 


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