Me gustaría mirarte y ver que has cambiado, y así tener motivos para olvidarte. El problema es que sigues siendo la misma persona de la que me enamoré, sigues igual, con tus gracias, tus bromas, tu mirada, tu sonrisa...y yo sigo loquísima por ti, eso es lo jodido de todo esto. Y a veces parece que seguimos juntos. Hablan de ti y yo sé exactamente todo lo que ellos están descubriendo. Haces algo y sé qué es lo que piensas. Dices algo y no puedo evitar reírme porque me recuerda a muchas cosas.
Nunca me gustó conocer a alguien tanto, siempre le tuve miedo. Contigo no fue diferente, contigo me comporté igual que con todos, pero solo al principio, después, no sé ni cómo ni por qué, te hiciste diferente para mí, especial. No sé qué cojones tenías tú, pero sé que ahora lo busco en todos. Y me jode que nos llegásemos a conocer tanto, porque ahora no es tan fácil olvidar todo ese tiempo y todas esas costumbres, esas manías.
Supongo que todo lo que viene se va, que todo pasa algún día, y aunque de vez en cuando me dan ganas de abrazarte y de que todo vuelva a ser como era antes, sé que esto es lo mejor.
Y ya no sé cómo seguir, la verdad. Todo esto me sale de dentro, no tiene por qué ser perfecto, ¿no? ¿Qué más da? Solo soy una cobarde más, sin valor para decírtelo. Pero, ¿qué persona en su sano juicio diría algo así? Bah, nadie.