“Quiero que me dediques este día” dijiste. Y fue
precisamente la forma en la que lo expresaste lo que hizo que me quedara. Si
hubieras dicho “Vamos a follar”, “Vamos a mi casa” o incluso “Te deseo con
todas mis fuerzas”, no estoy segura de que hubiéramos llegado tan lejos. Pero
me encantó esa idea de que el día fuera mío, e inmediatamente decidí
dedicártelo.
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