Eres demasiado bueno para ser verdad. La voz de mi
conciencia no para de decirme que tengo que salir corriendo antes de que sea
demasiado tarde. Soy realista, y acaban de destrozarme el corazón. Tú eres muy
bueno conmigo y no sé por qué. Pero es que este tipo de cosas no pasan en la
vida real. El “príncipe azul” no siempre llega al rescate, la mayoría de las
veces está ocupado con la perfectísima Cenicienta. Y yo no soy ninguna
“Cenicienta”. Me pregunto por qué quieres quedarte conmigo. Podrías encontrar
mucho más en otra parte, en cualquier parte, sin todas mis dificultades
añadidas.
Lo cierto es que ya no me importa que estas cosas solo
pasen en las películas, porque al instante de conocerte supe que había algo en
ti que yo necesitaba. Resultó que no era algo, era todo. Y no me permitiría
perderte después de todo el tiempo que he tardado en encontrarte, no me
permitiría perderte solo por el miedo que tengo de empezar a ser feliz. Porque
sí, porque tú me haces feliz.
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