En la vida, pocas veces encuentras a una persona con la que conectas de tal manera que hace que te lo plantees todo. Todo. Lo que has hecho, lo que haces, lo que harás. Lo que has sido, lo que eres, lo que serás.
Yo me he tenido que plantear tantas cosas que me ha dado y me sigue dando miedo, mucho. Y cuando el miedo se te mete en el cuerpo solo tienes dos opciones: dejar que se quede, o hacer que se vaya y arriesgarlo todo.
Claro que da miedo, tienes que poner mucho en juego para arriesgarlo todo -todo es todo-, sin dejarse nada atrás. Dicen que posiblemente lo que ganas valga mucho más de lo que pierdes, pero ¿y si no? Los "y si" nunca traen nada bueno.
Yo, de momento, no sé qué hacer con mi miedo, y el karma -o destino- es tan hijo de puta que cuando sepa qué hacer, será tarde. Tarde para todo. Para todo lo que no me atreví a arriesgar.
Dicen que el tiempo siempre está a favor
de los buenos y no de los malos.
El problema es cuando no sabes
a qué grupo perteneces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario