Caminé hacia la puerta contigo, el aire era frío, pero de alguna manera me sentía como en casa. Olvidé mi bufanda, y tú aún la conservas en tu cajón, hasta el día de hoy. Tu dulce carácter, y mi mirada fija. Las hojas de los árboles caían al suelo, y todavía puedo recordarlo después de todo este tiempo. Y sé que todo eso ya no está aquí, y que la magia se esfumó, y puede que esté mejor, pero no me siento muy bien que digamos. Porque volvemos allí, a esa calle en ese pequeño pueblo. Estuve allí, con el viento en mi pelo, y puedo recordarlo todo muy bien.
Un álbum de fotos en la mesa, comenzabas a sonrojarte, tu madre contaba historias sobre ti, me hablabas de tu pasado pensando que yo sería tu futuro. Y sé que todo eso desapareció, y no había nada que pudiera haber hecho, y me olvidé tanto de ti que también olvidé por qué quería hacerlo. Y volvemos allí, a media noche, bailando en la calle. Estuve allí, y aún puedo recordarlo todo muy bien.
Y tal vez lo interpretamos mal, quizás te pedí demasiado, pero tal vez todo fue maravilloso hasta que lo arruinamos. Huimos asustados.
Y vuelves a llamarme para romperme como a tus promesas, siendo cruel con la excusa de ser sincero. Ahora soy un pedazo de papel arrugado, porque aún puedo recordarlo todo demasiado bien.
El tiempo ya no volverá, es más bien como si me paralizara, me encantaría ser mi antigua yo otra vez, pero aún sigo buscándola.
Después de días con tus camisetas y de noches en las que me hiciste tuya, me envías mis cosas de regreso y yo me vuelvo sola a casa. Pero todavía guardas la vieja bufanda que usé en nuestra primera semana juntos porque te recuerda a la inocencia y huele a mí. No te puedes deshacer de ella porque todavía lo recuerdas todo demasiado bien. Volvemos a cuando estaba enamorada de ti, antes de que perdieras lo único bueno que en realidad has conocido. Fue extraordinario, maravilloso, y aún puedo recordarlo todo muy bien.
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