Páginas

viernes, 13 de septiembre de 2013

No supimos hacerlo mejor, supongo

"Ya sabes que no nos culpo, ni a ti ni a mí, simplemente fuimos una desviación en la autopista de la vida. No hay más. Y no habrá menos. Sonríe, esta es la última fotografía que nos hacemos"

No era amor, era demasiada soledad acumulada. Demasiadas noches, ya perdí la cuenta, en la que las horas pasaban demasiado lentas y tenía la sensación de que moría muy deprisa. No era amor, era que habíamos visto demasiadas películas románticas de esas en las que todo, al final, le sale bien al protagonista. Pero las cosas no fueron así, aunque hubiese sido bonito. No era amor, era cualquier cosa menos eso, porque el tiempo nos curó de aquello. Sí, nos curó, porque dolía, como una mala postura, pero a la hora de vivir. Nos curó de la obsesión que teníamos de abducirnos, como si quisiéramos que el otro fuese más nosotros mismos que nosotros. Como si tú quisieras que yo fuese más tú que tú mismo, y como si yo quisiera que tú fueses más yo que yo misma. No sé si me explico. Era una obsesión dañina, que lo jodía todo, como si hubiésemos rociado con ácido los esquemas de nuestra vida. No sé cómo pensábamos sobrevivir a eso. Quizás no lo pensábamos, a lo mejor no tuvimos tiempo de hacerlo, porque fue vernos y dictar nuestra propia sentencia. Nos condenábamos a no sé cuántos días de tortura mutuas, hasta que el cuerpo resistiese, lo malo es que nuestro orgullo nos llevó a resistir demasiado. Y ya estábamos muertos cuando nos despedimos. Tan muertos que ya no parecíamos nosotros. Tan muertos que cuando me iba aún pensé en decirte que te quedaras, pero luego me miraba las heridas, y las palabras se me quedaron en la garganta. He de decir que lloraba por las noches, ya no sé si de dolor o porque te echaba de menos. Quizás por ambas, porque cuanto más me alejaba más cicatrizaban mis heridas y, no obstante, más sangraba esa necesidad de siempre. La de no estar tan sola, digo. La de no estar sola conmigo, porque yo también sé arañarme por las noches. Y qué putada, tal vez sí era amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario