A veces el mundo no es más grande que el cuerpo de la persona a la que amas. Y cuando tú me dices “ven” parece que todo lo demás se vaya, y
cuando me miras parece que no existan más que tus ojos. Entonces sonríes y no
sé, es como un atardecer dentro de casa. Nos quedamos así, todo el tiempo del
mundo, que a veces no son más que varios segundos, y yo dudo entre besarte o
quedarme quieta, temiendo que si me muevo pueda romper la magia. Y entonces tú
eres más que yo, y yo soy más que tú, ya sabes. Y todo esto sin despegar los
pies del suelo, y es maravilloso que la realidad le haya ganado la partida a
los sueños, ganamos los dos, entonces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario