Páginas

martes, 7 de abril de 2020

Hoy no es un buen día

Los expertos recomiendan establecer una rutina, horarios, hacer algo de ejercicio, vestirse como si nada,
hacer lo de siempre,
pero casi,
hacer lo que nunca,
pero todo.

Así que trato de levantarme de esta cama que acaricio y mi cuerpo confunde una y otra vez con los brazos de mi madre. Mientras, noto un nudo en el estómago que me pide que ladee mi cuerpo y recoja mis piernas hasta hacerme más pequeña.
Trato de levantarme pero mi cuerpo es pequeño, el mundo mide 50 metros en este piso y el aire parece no haber existido nunca.
No puedo, aquí estoy bien.
Cierro los ojos.

Pasan no sé cuántas horas y el remordimiento me agarra de los brazos y me lleva fuera del dormitorio.
Horarios, rutinas, aseo, vestirse.
La culpa que siento es absurda, aguda.
El nudo ahora es una pica que se clava más fuerte.

Es hora de merendar, pero debería ducharme, o almorzar.
Intento ordenar el espacio, sentirme mejor, entro temblando en la ducha, salgo tiritando de indiferencia y algo de hambre, hay esperanza.
Me visto como si nada, arreglada, informal, pero deformada mi imagen en el espejo no me reconozco, la mirada está borrosa a través de ti, tú, esa yo que no me gusta. Seco mi pelo, empapo mis manos de algo que hidrata.
Y como una cascada que se venía intuyendo, salvaje y tibiamente, lloro mientras tomo mechones de mi pelo y los peino para estar bien.

Orden, rutina, aseo.
Ya es de noche y mi día es un borrón confuso que cobra sentido a las ocho de la tarde y lo pierde a las ocho y diez.
Mi día es un borrón confuso de lágrima intermitente y nudos y picas.

Pero mañana viene de nuevo
y tengo otra oportunidad.

-Sara Bueno.

domingo, 5 de abril de 2020

Confesión

Es todo tan complicado últimamente.
Ya no sonrío tanto. Me quedo sentada en la cama, esperando, que es como consumirse pero sin echar humo. Y el tiempo pasa lento. Muy, muy lento. Los días se confunden, a veces un domingo dura una semana (y no sólo por la cuarentena).
Me miro a los ojos en cada espejo y creo haberlo comprendido. Todo se ha ido acumulando dentro, como cuando barres el polvo debajo de la alfombra. Nadie ve la suciedad que esconde lo que callas. Nadie.
Duele. Es eso, que no me atrevo a luchar contra los monstruos. Cierro los ojos y necesito pensar que se puede escapar alejando lo demás de ti.
Pero no es así. O te enfrentas a ellos o te consumen.
Quisiera volver atrás, tomar otros caminos. Basta, consigo decirme a veces. Y me hago creer que no fue mi culpa.
Me miro a los ojos en cada espejo y por fin lo he comprendido.

Lo único positivo de todo esto es que por fin sé que de frágil no tengo nada.

¿Cuándo dejaremos de tener miedo?

¿Cuándo nos querrán libres?

¿Cuándo lo seremos?


miércoles, 2 de enero de 2019

Recuerdos de una noche

Una noche como otra cualquiera, estando tumbados en la cama me dijo una frase que había escuchado: "De qué herida has salido tú y por qué has tardado tanto en entrar en la mía".
No sé de qué era, ni tampoco sé por qué la recuerdo cuando hubo tantas otras cosas preciosas que me dijo, aquella noche y todas las demás.

Aquella frase me marcó, en ese momento quise decirle que toda yo era una herida y que sería muy difícil poder curar la suya. Al final no hizo falta, lo descubrió él mismo. Y se fue. Y la herida se hizo más grande y ya no hay quien pueda entrar si no es él.
Hay tantas cosas que quise decirle y no tuve tiempo, tantas cosas que quiero decirle y no me atrevo, y tantas cosas que querré decirle y no podré.

Tan sólo me queda escribir aquí cuando tengo valor para hacerlo, o cuando estoy tan destrozada que no encuentro otra manera de curarme.
La inspiración no siempre nace de las cosas bellas. Eso lo he aprendido con él. 

viernes, 16 de noviembre de 2018

Sin motivos y también por mil razones

Me haces feliz, inmensamente feliz, por eso me encanta estar contigo. Pero no te equivoques, mi felicidad no depende de ti, ni es algo que deba preocuparte. Porque me haces muy feliz, y con eso sobra.
Me encanta pasar tiempo contigo. Me encanta cuando hablamos de cualquier cosa, cuando nos reímos tanto que hasta nos duele, cuando nos hacemos fotos haciendo el imbécil, cuando nos tumbamos en mi cama y cuando no hacemos absolutamente nada, aunque lo estemos haciendo todo. Pero no pasaría todo el tiempo del mundo contigo. Hay momentos que tengo que vivir sola o acompañada de otras personas.
Y pensarás «por qué me escribes entonces si es para decirme esto». Pues porque quiero que sepas, que a pesar de todo, puedo decir que eres lo mejor que me llevo de estos meses, de esta vida. No sé qué pensaré mañana, pero hoy no tengo problema en decirte que me gustaría despertarme cualquier mañana contigo y haberte dado todas las buenas noches que necesites. Y hoy, no quiero hacer eso con nadie más que no seas .
Y esta soy yo. No como esas chicas que venden en las películas. Yo no sé cocinar algo que no sean unos macarrones con tomate, todo no me queda bien y no voy a renunciar a mi vida por ti. No haría cualquier cosa por ti, pero sí estaría dispuesta a hacer mucho más de lo que me podría haber imaginado. Que tengo gustos, aficiones y una larga lista de imperfecciones, y puedes vivir con ellas o puedes vivir sin mí. Y espero que seas quien creo que eres para afrontarlas.
Porque yo, desde luego, puedo vivir sin ti, pero no quiero. Porque después de tanto tiempo he entendido que lo bonito es escoger estar al lado de alguien porque quieres y no porque lo necesites. Puede sonar fuerte decir esto, pero a lo que me refiero es que podría estar en cualquier lugar, y sin embargo, contigo es con quien quiero estar.

sábado, 13 de octubre de 2018

Inspiración

Después de meses sin escribir, un sábado a las 3:10 de la mañana he sentido la necesidad de hacerlo. En cuatro horas tengo que estar lista para coger un vuelo y no dejo de dar vueltas en la cama.
El motivo es que me quedé sin palabras para explicar mis pensamientos y sentimientos hace tanto tiempo que me acostumbré a vivir así. Comencé a ser un poco cobarde y a no salir de mi zona de confort. Dejé de ser revolución.
Pero ya no. Ahora todo es diferente. Hace tres semanas todo cambió. Y ahora, gracias a eso, aquí está mi inspiración.
Así que quiero hablaros del motivo de estas letras.
Para variar, no sé cómo explicar lo que él significa para mí. Es revolución cada vez que sonríe, alguien que adora volar, que cree que vuela muy bajito pero no se da cuenta de que vive tocando el cielo. Y ayudando a que cualquiera que esté con él lo alcance. Es magia cuando canta, cuando ríe, cuando sueña, magia de la que se tiene que vivir al menos una vez en la vida. Yo no puedo ser más afortunada.
Él es quien te pregunta a cada instante qué estás pensando, y tú no eres capaz de explicarle que cada vez que le dices «en nada», estás pensando en todo. Porque es maravilloso mirarlo mientras piensas en todo, aunque solo estés pensando en él.

Ojalá algún día encuentre las palabras adecuadas.
Él sigue siendo inexplicable. Inefable. Como lo que yo siento por él. Como lo que él me hace sentir.

miércoles, 28 de febrero de 2018

Relaciones de pareja

Estoy haciendo mi trabajo de fin de carrera para la universidad y me sería de gran ayuda si pudieras contestar al siguiente cuestionario sobre las relaciones de pareja. Es totalmente voluntario y anónimo, y no lleva más de 10 minutos. El único requisito es tener o haber tenido alguna relación de pareja. ¡Muchísimas gracias y un besito!

sábado, 24 de febrero de 2018

Para todas las que tenemos miedo

Anoche llegué a casa tarde, como cualquier otro viernes. Cuando estaba esperando al autobús (a las 3 de la mañana) unos desgraciados en coche se pararon al lado, se bajaron y comenzaron a pedirme, no de muy buenas formas, que subiera con ellos, que ellos me llevaban donde hiciera falta y que podríamos pasarlo bien. Yo, hasta ese momento, ya me lo había pasado genial.
No había nadie más.
Esta es una historia real, a muchas por desgracia os sonará, pero no vengo aquí a escribir sobre eso. Sobre lo vulnerables que nos sentimos por el simple hecho de ser mujer. Sobre el miedo que tenemos al volver solas a casa de noche. No vengo a hablar de eso ni de todo lo que me podría haber pasado si dos chicas no hubieran aparecido para coger el mismo autobús. Los desgraciados decidieron que tres mujeres eran demasiado para ellos, no porque no tuvieran para todas, sino porque no tenían cojones de intimidar y obligar a tres mujeres que ya no les tenían miedo. Los cobardes se fueron, insultándonos, cómo no. Porque si no queremos irnos con ellos somos unas putas, pero si lo hacemos también lo somos. Somos todas unas putas, hagamos lo que hagamos.
Estoy cansada, pero ya no tengo miedo. Vengo a hablar de esas chicas, que no me dejaron sola en el autobús y que me acompañaron hasta la puerta de mi casa, porque casualmente vivíamos cerca. Y "porque si entre nosotras no nos ayudamos, nadie lo va a hacer". Eso me dijeron, pero me entristece más que me alegra. No debería existir la necesidad de tener que ayudarnos, no deberíamos pasar por esto.
Esto tiene que acabar. No quiero volver a casa con miedo. No quiero atemorizarme pensando en lo que podría haber pasado si esas chicas hubieran llegado 10 minutos más tarde. No quiero imaginar dónde podría estar yo ahora. Esto tiene que acabar, pero por desgracia no va a hacerlo solo porque yo escriba, tú escribas o todos escribamos sobre ello.
¿Cómo y cuándo acabará?


De camino a casa quiero ser libre,
no valiente

sábado, 30 de diciembre de 2017

Baluarte-Elvira Sastre

Puedo escribir que me amas,
que hoy es París en tu azotea,
que elegiste sin dudar mi desorden
frente a su sonrisa
y te quieres por ello,
que hubo una tarde en la que hicimos el amor
durante tantos siglos
que atravesamos desnudos las barreras del sonido
y los delfines supieron de qué hablábamos.

Puedo escribir que no te has ido,
que no hay noche en la que tu lengua no meza mi cama,
que no puedes tocarte sin mis manos,
que nos declaramos culpables de cualquier
triunfo involuntario.

Puedo escribir que tus lágrimas
saben a las teclas de un piano dentro de una nube,
que en tu cuello anidan las madres de las golondrinas
y que he visto brotar pétalos de fuego
en las yemas de tus dedos.

Puedo escribir que crecen desiertos de arena
en mi garganta
cuando no te escucho,
que la piel me sabe a hiel
y todas las lenguas son ásperas piedras
si no es tu ansia la que me espera,
que te echo de menos
como un cuerpo desmembrado,
como un cadáver sin sustento,
que te echo
tanto
de
menos
que he abierto todas las ventas
para llegar antes al techo.

Puedo escribir que vienes a verme,
que vuelves
a mis huecos,
tus palabras diciéndome
que no hay jardín sin mi lluvia y mi cariño,
que no has dejado de latirme en la demora.

Puedo escribir que estás aquí esta noche,
envuelto como un gato entre mis piernas
y esa manta que acaricias con ternura,
que te quitas la ropa despacio
como si no hubiera mirada
mientras la lascivia recorre mis comisuras,
que me esperas en calma en la cama
tras el punto y final.

Puedo ir más allá
y escribir cosas
como que tú estás aquí
y yo no estoy creando este poema,
y solo así
hacerlo verdad.


La vida es para quien se conforma.
La poesía, para quien sueña y desea
...y no tiene miedo de contarlo.

viernes, 30 de junio de 2017

Como si realmente fuésemos a salvarnos

No tenía tacto para aquello.
«Quédate», le dije, pero me temo que el tono de mis palabras era frío, más apropiado para una despedida que para un grito de auxilio. Me aclaré la voz. «Quédate, por favor». Y aquella vez sonó distinto y le brillaron los ojos durante un segundo. Cerré fuertemente las manos y quería saber qué pasaría a continuación, pero me dio miedo preguntárselo. Me quedé quieta, mirándolo. Pasaron minutos y años en aquel momento. Y se nos acabó el orgullo, porque ya era demasiado tarde, y cuando es demasiado tarde ya no puedes perder nada, pero puedes ganarlo todo. Y eso es lo bonito.
Lo miré. «¿Qué haces?», pensaba. Qué haces provocando huracanes aquí. Qué haces desgarrándome la indiferencia y la distancia de emergencia. Qué haces quitándote el pantalón. Y cuando iba a reprochar su juego sucio, su dedo índice me detuvo, apoyándose en mis labios, callándome, haciéndome desistir por completo.
Había perdido y él lo sabía, por eso sonreía cuando le dije «Vete», porque todo sonaba a mentira. En aquel momento, demasiado tarde para cualquier cosa, solo quería que se quedase a mi lado, para siempre, o al menos con esa misma pasión, como si realmente fuésemos a salvarnos.
Y nada más, aquella noche comprobé que hacer el amor cansa muchísimo más que follar.

domingo, 18 de junio de 2017

Le sobra el valor que le falta a mis noches

"Uno es de donde llora, pero siempre querrá ir a donde ríe"
Elvira Sastre

¿De dónde sois y a dónde queréis ir? Sería maravilloso ser del lugar en el que deseamos estar, pero no todas las personas nos hacen llorar y reír a partes iguales. Porque sí, porque a veces los lugares son personas con las que estamos y personas con las que nos gustaría estar. Los lugares son personas con las que reímos y personas con las que lloramos. Y no os confundáis, ningún tipo de persona es mejor, simplemente hay que saber en qué lugar (con qué persona) debemos estar en cada momento.
¿Dónde estáis ahora?

Perdonadme, me he acostumbrado a que me entendáis con pocas palabras porque soy un caos que difícilmente se puede explicar. 

lunes, 8 de mayo de 2017

El amor es bonito aunque esté del revés

¿A cuántos enamorados conocéis que no esperaban estar con su pareja actual? Que habían planeado su vida con otra persona que tiene pareja, o que simplemente ya no está. Ojalá pudiésemos elegir de quién enamorarnos, para hacerlo de aquella persona que supiese querernos.
Pero no es así, nunca terminamos donde pensábamos que estaríamos. Y aquí estoy yo, escribiendo sin saber realmente qué contaros que no hayáis vivido vosotros.
Creo sinceramente que la vida tiene planes para nosotros que desconocemos, pero está en nuestra mano llevarlos a cabo o no.
Por ejemplo: "cuando conoces a la persona ideal en el momento equivocado", tú puedes decidir que sea un buen momento, independientemente de las dificultades que se puedan presentar. Si no, si sigues pensando que esa persona no es para ti, que tú ya estás ocupado con otros asuntos... bueno, podrás perderte grandes cosas.
Tú decides.
Recuerda que si al final no acabamos donde queríamos estar es por miedo a arriesgarnos.

Que no te pesen las ausencias


domingo, 29 de enero de 2017

Desesperación

No hay otra forma de empezar esto si no es con una frase de Michael Murdock: "Cada relación alimenta una fortaleza o una debilidad dentro de ti".

Todos tenemos un lado malo, una parte de nosotros que no queremos que nadie vea, eso que nos avergüenza y que cuando sale a la superficie nos arrepentimos de haber llegado hasta ese punto. Y no me refiero a algún defecto tonto, que de esos tenemos todos. Es mucho más. Espero que sepáis de lo que escribo, porque no encuentro palabras para expresarlo. La más cercana es desesperación o locura. Te sientes en un estado total de desesperación, fuera de ti, y no dejas de repetirte "¿Por qué he tenido que llegar a esto?, ¿por qué he tenido que ponerme así?"
Lo cierto es que hay muchas frases para describirlo, la siguiente es de mis favoritas: "Nadie es realmente tu amigo o te quiere de verdad hasta que no ha visto cada sombra oscura que ahí en ti. Y aun así, se queda".

Bien, pues os diré algo: la clave es encontrar a alguien que no saque lo peor de nosotros, que no alimente esas sombras oscuras, sino que nos fortalezca.



miércoles, 9 de noviembre de 2016

Sinceridad

"Supongo que todo se reduce a que seamos sinceros con nosotros mismos. Por ejemplo: deseé que fueses mejor que todos los demás, que llegases y me redescubrieses lo que ya conocía. Deseé con fuerza que fueses distinto, que besases de otra forma, que se te ocurriese coger los caminos que jamás había explorado con nadie. En definitiva, cuando uno ama, sueña con que ese amor no se parezca a ninguno. La realidad, por el contrario, no suele estar a la altura de las expectativas. Y la hostia que te metes con la realidad es tan grande que cuesta reponerse.
Al fin y al cabo siempre ocurre lo mismo. Todo se reduce a ser sinceros. Con la otra persona, y por supuesto, con nosotros mismos"



domingo, 16 de octubre de 2016

Dando y perdiendo

Hacía tiempo que no me sentía así. Me aseguré de que no volviera a pasar pero aquí estoy otra vez. Haciéndome las mismas preguntas y sin saber responderlas: ¿Cómo me ha podido pasar lo mismo? Y lo más importante...¿por qué otra vez a mí? Creo que he tenido que ser muy mala persona en otras vidas o muy gilipollas en esta.
Ya no me quedan ni ganas ni esperanzas, ¿cuándo saldré de aquí?, ¿cuándo alguien me tratará como creo que merezco?

No hay nada peor que alguien te rompa lo más bonito que tienes: las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas. Ojalá sintieras una mínima parte de la decepción que se siente cuando le das tu confianza y tu amor a una persona, pero no sirve para nada porque se aprovecha de ti y de la confianza que le has dado, y te engaña. Y eso no te pasa una vez, ni dos, sino tres. Tres jodidas veces no son casualidad, algo estaré haciendo mal. ¿De verdad es culpa mía o es que no conozco a ni una sola persona decente?


Que alguien me diga por favor cómo seguir, cómo se sale de aquí, cómo hacer para que mi cabeza deje de dar vueltas a lo mismo una y otra vez.

sábado, 15 de octubre de 2016

No pido tanto

Después de tanto tiempo sin escribir, he decidido leer todo lo que había escrito hasta ahora. Me encanta rescatar antiguas entradas y saber que puse el corazón en lo que hacía: 
Pero bueno, ya sabéis lo que pasa cuando abrimos el corazón. Ojalá saber cómo lo hacéis para confiar en alguien y que os salga bien. Acepto sugerencias.
Mientras tanto, os dejo dos frases que no me cansaré de repetir: "El tiempo me enseñó que el alimento del amor es la confianza, el respeto y un colchón" Mago de Oz. "Amar es darle a una persona el poder para destruirte y confiar en que no lo hará" Anónimo

sábado, 13 de agosto de 2016

Acto de valentía

Cuando tienes 20 años, estás estudiando una carrera que te gusta, tienes un trabajo, tienes una pareja y unos amigos encantadores, y eres una chica normal, todo debería ir bien. ¿Qué pasa si no es así? Si inexplicablemente no eres feliz.
Tal vez se deba a lo de "ser una chica normal". Una chica como todas las demás, que acabará siendo una mujer como las demás, con un trabajo, una familia, y una vida de lo más normal. Yo no quiero eso, ¿por qué iba a querer algo así? Eso no me produciría ningún placer, no sería feliz, del mismo modo que no lo soy ahora.
Me aterra despertarme un día con 40 años y saber que llevo una vida normal, mediocre, una vida que temía a mis 20 años y que al final no pude evitar.
Al fin y al cabo, tengo los miedos que suelen tener todas las personas normales.

La gente normal, qué rara es

martes, 9 de agosto de 2016

Para cuando nos volvamos a encontrar

Hoy, después de tanto tiempo, y no en muy buenas condiciones, he decidido escribir. He sentido la necesidad de escribirte a ti y de sincerarme. Pueden ser tantas las personas que se den por aludidas, pero espero que solo una de ellas lo sepa con certeza.
Contigo podría haber compartido mi vida, porque teníamos esa conexión, «eso» que muchos desean y pocos consiguen. Hubiera dado la vida entera por ti, pero no di nada. Y no pasa un día en el que no me diga a mí misma «¿Por qué? ¿Por qué no te arriesgaste?» Y nunca hay respuesta.
Así que lo que me queda en días como hoy es que sepas que pienso en ti y que espero que todo te vaya genial.


Fdo: una cobarde.

sábado, 21 de mayo de 2016

La vida tiene estas cosas

~El amor siempre ha sido libre. Han sido ellos los que lo han encarcelado y le han impuesto sus obligaciones, le han dicho que si estás conmigo, no quiero que mires a otra, no quiero que hables con otra, no quiero que te tomes una copa con otra. Yo no quiero estas cadenas. Tú tienes la libertad de sentir, necesitar y desear, y hay que ser muy capullo para juzgar a una persona que ha hecho eso: lo que le ha dado la puta gana.
Y mira, si llega el día en el que sientas que ya no quieres compartirlos todos conmigo, dímelo. Así es la vida, son cosas que pasan~


jueves, 21 de abril de 2016

Si algo te inspira, huye

Creer en el destino es bonito, pero a veces es inevitable pensar que somos unos cobardes por no atrevernos a hacer nada con la excusa de "Bueno, tiempo al tiempo, si tiene que pasar algo, pasará". ¿Y si no? ¿Y si ocurren mil cosas que se interponen? Por ejemplo, la vida. La vida siempre pasa (y pesa) y con ella el tiempo, que a veces parece volar. Ante esto solo me queda recordar:
Tal vez nos volveremos a encontrar cuando seamos ligeramente más mayores y nuestras mentes sean menos frenéticas. Y yo seré adecuada para ti y tu serás bueno para mí. Pero justo ahora, yo soy un caos para tus pensamientos, y tú eres veneno para mi corazón.


sábado, 16 de abril de 2016

La vida te devuelve lo que tú le das

En la vida, pocas veces encuentras a una persona con la que conectas de tal manera que hace que te lo plantees todo. Todo. Lo que has hecho, lo que haces, lo que harás. Lo que has sido, lo que eres, lo que serás.
Yo me he tenido que plantear tantas cosas que me ha dado y me sigue dando miedo, mucho. Y cuando el miedo se te mete en el cuerpo solo tienes dos opciones: dejar que se quede, o hacer que se vaya y arriesgarlo todo.
Claro que da miedo, tienes que poner mucho en juego para arriesgarlo todo -todo es todo-, sin dejarse nada atrás. Dicen que posiblemente lo que ganas valga mucho más de lo que pierdes, pero ¿y si no? Los "y si" nunca traen nada bueno. 
Yo, de momento, no sé qué hacer con mi miedo, y el karma -o destino- es tan hijo de puta que cuando sepa qué hacer, será tarde. Tarde para todo. Para todo lo que no me atreví a arriesgar.

Dicen que el tiempo siempre está a favor
de los buenos y no de los malos.
El problema es cuando no sabes
a qué grupo perteneces.

viernes, 8 de abril de 2016

El destino y otras cosas improbables, pero no imposibles

~La vida de la mayoría de las personas sigue el camino que les han marcado porque temen explorar otras vías, pero a veces aparecen personas como tú que derriban todos los obstáculos que el destino les pone delante. Personas que descubren que el libre albedrío es un don que no sabemos usar hasta que luchamos por él.
Creo que ese es el verdadero plan del destino, que tal vez llegue un día en el que alguien no nos dicte el plan a seguir, sino que seamos nosotros mismos quien lo hagamos~

Destino oculto



domingo, 3 de abril de 2016

Por dentro es de colores

"Ella es una de esas chicas que va con prisa a todas partes y siempre llega tarde. Una de esas que nunca sabe cómo vestirse para salir a la calle y no pasar ni frío ni calor. Una mujer que se viste de valentía para ocultarse entre sus miedos.

Es una chica desastre, que siempre tiene mil cosas que hacer y, en cambio, no hace ninguna. Puede con todo salvo con ella misma, prefiere leer un libro a ser esclava de la caja tonta. Es la que nunca llega a tiempo para coger el bus, o la vida.

Ella es la que ha enamorado al insomnio en un poema a primera vista, ella es la golfa de la que habla Extremoduro. Ella es la única capaz de enamorar a alguien un lunes, la que pasa por delante de ti y es imposible no mirarle el culo.

Ella es la que enamora al silencio de una calle vacía, en cualquier madrugada, solamente con el ruido de sus tacones. Es la única capaz de calentar enero si se muerde el labio inferior, es el caos de un 'te quiero' nunca dicho"

Se le nota en la voz,
por dentro es de colores

domingo, 27 de marzo de 2016

Siempre soy yo mi guerra

"Antes o después, a todos nos llega el momento de cambiar el Cola Cao por el café"

Me da un miedo terrible esa frase. No parece importante, pero encierra tanto dentro que asusta. Todos crecemos, todos cambiamos. Pero, ¿y si no nos gusta la persona en la que nos convertimos? No hay nada peor que no soportar estar con quien eres.
¿En qué momento dejé de ser yo? En realidad, en qué momento pensé que no tenía nada que ver con la parte de mí que dejé atrás, con la parte de mí que tanto evité y que ahora está volviendo. ¿Estoy cambiando o estoy volviendo a ser quien era?

Nunca una de mis entradas había tenido tan poco sentido y a la vez significar tanto. Al menos, aún no he cambiado el Cola Cao por el café.


Juro que, a veces, yo misma me entiendo.

lunes, 21 de marzo de 2016

Para los que intentamos ser valientes

Me dijeron que hiciera, y yo hice, tan callada, tan obediente. Tenía la esperanza de que si cumplía, sería libre algún día. Pero ellos no callaron. Y aún siguen diciéndome qué hacer, cómo ser, pero no saben que cada día me vuelvo más yo. Cada día intento ser más libre, cada día escucho menos sus voces, y les pesa el silencio de mis oídos sordos. Porque cada día quiero ser más mía, quiero gritar más y más alto, hasta que ellos se callen. O hasta que yo deje de escucharlos.


miércoles, 10 de febrero de 2016

¿No es para tanto?

¿Qué te crees? ¿Qué no hemos tenido miedo? Al volver a casa, a las tantas de la madrugada, solas. Encontrarnos a algún desconocido al otro lado de la calle y notar cómo los nervios hacen que te tiemblen las manos. Luego puedes pensar 'qué tonta, no era para tanto', pero a veces nos han contado que sí lo era.
Qué crees, que no hemos acelerado el paso hasta el portal, con las llaves entre los dedos. Que no hemos fingido que hablábamos por teléfono o no hemos tenido el número de alguien en marcación rápida. Que no nos hemos girado, nerviosas, mientras abríamos la puerta del portal.
¿Crees que exageramos? Te crees que nuestros padres no miran de reojo la hora que marca el reloj, que no se asoman entre las cortinas, crees que ellos no piensan lo mismo. ¿Te crees que nos hace gracia tener que coger un taxi hasta la puerta de casa? Que no nos han dicho cientos de veces que no debemos pasar solas por algún lugar de noche. 
¿Crees que no hemos tenido miedo? ¿Crees que deberíamos fingir que no nos sentimos así, que estas cosas pasan? Pues no, porque todas nos merecemos volver a casa tranquilas. Que no hay excusa que valga, que no hay provocaciones. Solo hay que hablar de respeto.
No podría haber encontrado mejor manera de describirlo que con este texto sacado de un blog.

jueves, 28 de enero de 2016

¿Naturalidad?

Normalmente no suelo escribir nada de lo que pienso acerca de estos temas porque me parece una pérdida de tiempo darle importancia a cosas que no la tienen. Pero hoy ya me he cansado. Estoy cansada de ver tanta hipocresía en todas las redes sociales y no sé ni por dónde empezar.
Creo que lo voy a hacer por la nueva moda de las chicas que suben fotos de sus piernas sin depilar. Me parece fantástico, pero no os equivoquéis. Me parece fantástico que haya gente que no se quiera depilar las piernas, las axilas...lo que sea. Lo que no me parece tan genial es el afán que tienen por publicarlo y hacer ver que son unas "anti-sistemas". No se dan cuenta. La sociedad a la que critican, contra la que se revelan, es la misma sociedad a la que se someten con la necesidad tan absurda de publicar que son especiales, de publicar que "no hay nada de malo en una mujer con las piernas sin depilar". Esas mismas mujeres, dentro de 5 meses, estarán luciendo en todas sus redes sociales sus preciosas piernas (depiladas, por supuesto) con mil fotos en la playa. Esas mujeres no pueden definirse como naturales. No hay nada natural en hacer las cosas para ser valoradas y halagadas por los demás.
Yo sigo depilándome y me considero una chica natural. Dejaré de serlo cuando quiera demostrar a todos algo que no soy. La naturalidad no tiene nada que ver con eso. Tal vez algunos no consigan entenderlo nunca.

No hay mayor acto de valentía
que el ser uno mismo

viernes, 15 de enero de 2016

Disonancia cognitiva

'En psicología hace referencia a la tensión o desarmonía interna del sistema de ideas, creencias y emociones que percibe una persona al mantener al mismo tiempo dos pensamientos que están en conflicto, o por un comportamiento que entra en conflicto con sus creencias'
'La zorra y las uvas'
de Esopo
Cuando la zorra no consigue alcanzar las uvas, decide que ya no las quiere.

Y bueno. Yo siento que te odio cuando más te necesito. Así que supongo que por mucho que te explique lo que significa la disonancia cognitiva, jamás sabré explicarte lo que haces con mi vida.

martes, 24 de noviembre de 2015

Venía de visita y me quedé

Cuando uno se marcha, se da cuenta de que hogar no es dónde vives ni a dónde vas. Llevamos la casa a cuestas, y a veces son tan empinadas y estrechas que la abandonamos a mitad de camino. Por eso, cuando nos perdemos a nosotros mismos, cuesta tanto sentirnos a salvo.
Ni todos los lugares de los que uno se va se pausan, ni todas las personas que uno abandona se quedan.

Pero a ti podría decirte que si algún día me abandonas, me colocaré delante, justo en ese preciso lugar que no te permita nunca mirar hacia atrás con pena.
A ti podría decirte que cuando no tengas un sitio al que volver, pienses que tienes abierto todos mis huecos.
A ti podría decirte que si un día te sientes perdido dentro de ti mismo, daré con la solución a tu laberinto, abriéndome el pecho y poniéndome delante, justo en ese lugar en el que hablo tanto de ti que no te costará ningún esfuerzo reconocerte y volver a encontrarte.
A ti podría decirte que para mí, cualquier lugar es mi casa si eres quien abre la puerta.

Elvira Sastre

martes, 10 de noviembre de 2015

Estoy aquí, pero aún no sé para qué

Hace tiempo que no estoy en paz con el mundo. Siempre tengo esas horribles ganas de cambiarlo todo, de probar cosas distintas, de no ser yo misma por si así consigo ser feliz. Es todo tan complicado últimamente. Todo lo que he querido ha terminado por romperse. Todo.
Quisiera volver. Caminar de nuevo por las mismas calles, tomar otros caminos, mirar hacia lugares distintos.
No quiero saber qué vendrá mañana, porque estoy segura de que mañana será hoy pero otro día.
¿Cómo se sale de aquí? ¿En qué momento alguien toca fondo y es de verdad? No sé. ¿Cuándo coño dejaremos de tener miedo?
Sé que las cosas están saliendo mal, pero definitivamente podríamos compartir nuestros desastres. ¿No sería mucho más bonito?


viernes, 23 de octubre de 2015

Serendipia

"Descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta"
Antes, cuando conocíamos a alguien, el miedo era a terminar. Ahora, aunque encontremos a una persona que nos encante, el miedo es a empezar. Andamos por la vida de los demás haciendo turismo, los conocemos y ya tenemos ganas de huir. Porque es normal, si nos quedamos mucho tiempo en un sitio, tenemos que mudarnos a él, y eso supone un peso tan grande que hacemos rápidamente las maletas, y nos vamos a hacer turismo por otros lugares, por otras camas.
Y en medio de todo ese turismo, estabas tú. No es que buscase algo distinto a lo que tú tenías, es que no buscaba nada. Y, de una manera afortunada e inesperada, te descubrí a ti. Serendipia. Ahora no tengo ganas de seguir haciendo turismo por la vida de otros. No tengo miedo de visitar una ciudad y quedarme a vivir en ella, no tengo esa necesidad de hacer rápidamente las maletas. No quiero huir.
Esto es lo que has conseguido darme.

viernes, 9 de octubre de 2015

Resurgiendo

Ya no estoy triste, sin duda. De la tristeza se sale como se despierta uno de un mal sueño: de repente, sin saber cómo.
Quiero empezar otras historias, centrarme en mí misma, conocer a personas que me llenen el pecho de esperanza.
Estoy cambiando de hábitos y principios, creciendo, resurgiendo, con la vista puesta en el presente y en el futuro. Y tú te lo estás perdiendo.
Deberías verme, la revolución solo ocurre una vez.


sábado, 3 de octubre de 2015

Solo hay que encontrarlas

A veces, ciertas personas tienen licencia para dolerte por dentro, para acariciarte el alma. A veces, te bajan la sábana sin pedirte permiso, sin saber hasta dónde o hasta cuándo. A veces te escuecen dentro, y otras veces, se convierten en magia. Porque hay quien sabe ser magia, aunque nunca llegue a saberlo.


jueves, 1 de octubre de 2015

Es todo tan complicado últimamente


¿Qué podemos hacer? Cómo conseguir sobrevivir sin ir dejándose la vida por ahí, por las calles, en los bares y en las camas, en mitad de los abrazos y las despedidas. O entre tanta gente que, por mucho que te mire a los ojos, no consigue ver la persona que eres.
Es ridículo que trate de fingir que no me importa. Claro que me importa. Me importa porque miro al futuro y me parece un salto al vacío.


domingo, 20 de septiembre de 2015

El fin también es el principio

Seis meses. Hace seis meses que acabamos y cuatro en los que no me importa una mierda tu vida. Al menos eso me digo en los textos que escribo en los cuales tú eres un hijo de puta. 

Pero vamos, tú y yo sabemos
que eso no es verdad.

Escribí una vez que te perdí simplemente por el morbo de buscar a algo o a alguien. Mierdas. Solo escribí mierdas. Te perdí por gilipollas.
Te eché de menos, lo juro, y echar de menos es la enfermedad del cobarde. Me encerré en mi jaula, pero seis meses han sido suficientes para limpiar mis rejas con 'Olvídalo' (un producto a base de gotas de tiempo mezcladas con lo último en ignorancia que limpia la mierda que dejan las huellas).
Hasta hace poco, que volví a saber de ti. No hubo terremoto, ni nudo en la garganta, ni corazón con complejo de bomba atómica. No hubo na-da. En otros tiempos me hubiera tirado a tus pies y te habría besado las rodillas. Pero ahora no. Ahora tan solo te habría echado el polvo de tu vida y me habría ido sin despedirme.
Como hiciste tú.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Hablar en pasado, no del pasado

Ya no sonreía tanto. Solo me quedaba sentada en la cama, esperando, que era como consumirse pero sin echar humo.Y el tiempo pasaba lento. Muy, muy lento. Los días se confundían, a veces un domingo podía durar una semana. Me miraba a los ojos en cada espejo y lo comprendí todo. Que estaba tan sola porque nunca había sabido estar con nadie. Ni siquiera conmigo misma. Rompía las cosas a mi paso. ¿Quién iba a querer estar con una catástrofe?
Todo se iba acumulando dentro, como cuando barres el polvo debajo de la alfombra. Nadie ve la suciedad que esconde lo que callas. Nadie. Como si fuese un carnaval y todos llevasen una máscara. No es que las apariencias engañen, es que no quieres saber nada de lo que es cierto.
Dolía. Era eso, que no me atrevía a luchar contra los monstruos. Cerraba los ojos y sentía la velocidad con la que lo iba perdiendo todo, mientras huía hacia no sabía dónde. Quizás a ningún sitio. Se puede escapar alejando lo demás de ti.

Aprendí a esconderme de mí misma,
pero siempre me encontraba.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Qué raros somos

Nos enamoramos y hacemos ver que nos da igual. Vayamos poquito a poco, no te vaya a soltar un "te quiero" demasiado pronto, no nos vayamos a precipitar. Como si esto que te sale del corazón fuese agua del grifo. Ahora lo caliento, ahora lo enfrío. Ahora le doy a chorro, ahora gotita a gotita. Y el día menos pensado se te olvida quitar la llave de paso y te encuentras flotando empapado en medio de tu propia soledad. Uno no elige cuándo ni de quién se enamora, como tampoco se puede elegir la velocidad. Pero pienso que las personas se han acostumbrado a maquillarse los sentimientos, porque tienen miedo de que alguien llegue y les hagan daño. Y es que no hay nada peor que alguien te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas. Que te quite las ganas. Así que nos vestimos con un poquito de orgullo, y lo miramos todo desde la distancia. Tanteando el precipicio antes de saltar, porque si vamos a morir, queremos morir por alguien que sepa llorarnos.

jueves, 20 de agosto de 2015

Y qué suerte


De repente vuelves, y parece no haber pasado nada, como si no te hubieses ido, como si después de la puta, horrible e inevitable distancia, aún quisieras tenerme contigo.

martes, 18 de agosto de 2015

Un suspiro al pasado

Hubo un chico hace mucho tiempo con el que las cosas no funcionaron, y si tengo que ser honesta, tenía toda la confianza en que él sería "esa persona" con la que compartiría el resto de mi vida. Pero de pronto las cosas cambiaron, nuestros deseos y sueños dejaron de alinearse, y por extraño que parezca, ambos estuvimos de acuerdo en terminar esa relación.
Aunque siempre supe que nuestra decisión fue la correcta, esto no evitó durante mucho tiempo que creyera que algún día volveríamos a encontrarnos. Que algún día lograríamos que todo funcionara, que viviríamos felices, que seríamos todo eso que habíamos querido ser. Entonces comprendí que nunca se deja de amar a una persona así, que siempre queda un poco de ellos en nosotros. En el fondo, él siempre tendrá un hueco en mí.
Pero, ¿significa todo esto que aún lo quiero? Sí y no. Sí porque me enseñó mucho y me ayudó a convertirme en lo que soy hoy. No porque, por irónico que parezca, me convertí en esta persona que ya no puede estar con él.

Todo esto te lo digo a ti, por ser la única persona capaz de hablar conmigo en silencio y enseñarme a dar los mejores abrazos.

Que sepas que soy una parte de lo que dejaste en mí.
Y por eso, te doy las gracias.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Para quien no supo amarme

Supongo que cuando nos enfrentamos a una ruptura amorosa, lo primero que hacemos es buscar culpables. En este caso, y para no dejar de lado esta importante tradición, me gustaría culpar a mi propia inocencia por no darme cuenta de quién eras en realidad.
No fui capaz de comprender los signos de advertencia que se daban a mi alrededor. Comencé a ahogarme en la profundidad de tu mirada y tus silencios me ponían cada vez más ansiosa. Supongo que fue esto lo que me hirió más: tu falta de palabras.
Me hirió que a pesar de que podía sentir la verdad en mi cuerpo, y hasta en el frío que sentía en los huesos, nunca fuiste capaz de decírmelo. Con nosotros no hubo despedidas ni palabras desgarradoras, tú simplemente te desvaneciste, como si repentinamente hubieses tenido la habilidad de hacerte uno con el aire que respiraba.
Nunca admitiste cuál era la verdadera razón por la que me dejabas, y por eso muchas noches sigo preguntándome si la culpa fue mía. Ahora, mientras escribo esto, he decidido que si alguien fue el culpable, fuiste tú y tu incapacidad para decir las cosas por su nombre. Tu silencio fue una constante casi desde el principio. Nunca llegué a ver más de ti que eso. Creo que estaba siempre a la espera de ese momento en el que finalmente te quitarías la máscara y me revelarías a tu verdadero yo. Imaginaba que ese sería el momento en el que nos daríamos cuenta de que éramos el uno para el otro porque yo sería la única capaz de comprenderte y ayudarte. Resultó que al final, solo fui una ilusa y una ingenua.

Finalmente, decidí dejar ir tu recuerdo. Tu presencia ya no formaba parte de mi vida cotidiana. Creo que he comprendido que me merecía otro tipo de felicidad, que el amor no es, ni nunca podrá ser, una emoción pasiva ni unilateral.

Sé que a quien escribo esto, nunca lo leerá. O quizás sí, ya no puedo asegurar nada. Independientemente de lo que suceda, ya no me importa.

lunes, 3 de agosto de 2015

Hasta que se perdió la esperanza

Es curioso, porque para mí,
nuestra historia fue algo similar
a lo que pasa con la humanidad.
Que se confía en ella (en ti)
hasta que te salen tantas heridas
y el dolor es tan inevitable,
que la esperanza se pierde.

viernes, 31 de julio de 2015

Salvavidas

Muchas veces pienso que en realidad, lo único que necesitamos es un simple cuerpo con el que soñar, un cuerpo que ansiar, y acto seguido permitir que nuestra mente se deje llevar, que la imaginación ejerza su función e invente cualidades. Pues tú inundaste todos mis espacios y me llenaste de razones, juntaste con delicadeza los pedazos rotos, y fuiste, sin lugar a dudas, salvavidas.


lunes, 6 de julio de 2015

Ojos donde quedarse a vivir

No hay tiritas para estas heridas ni suficientes ojos bonitos en el mundo como para olvidar que, los tuyos, tus ojos, fueron los únicos que supieron quedarse en mis cicatrices el tiempo suficiente como para ver más allá de lo que yo nunca supe enseñarle a nadie. No llamaste a la puerta, entraste directamente y te sentaste a mi lado. Querer no sé si me quisiste, pero me salvaste más de lo que nadie, jamás, me había salvado.

Y aún me río de esa gente que habla de olvidar como si fuese tan fácil como pasar una página.

jueves, 2 de julio de 2015

Certezas

Cuando haces reír a alguien, de alguna forma ya le perteneces. Así que yo trato de hacerte reír siempre. Al final, la única paz que podemos lograr es aquella a la que se acogen dos personas cuando se quieren, y se quieren de tal forma que ni siquiera han de demostrarlo, porque muy en el fondo de ellos mismos, los sentimientos son, además, certezas. 

jueves, 25 de junio de 2015

Y la vida siguió

Yo, que prometí no volver a escribirte, aquí estoy, haciéndolo una vez más. Y aunque ya no me importan todas esas cosas que podríamos haber hecho o sido, no dejo de preguntarme qué pasó. Qué cojones pasó para que decidieras salir corriendo. Huiste de casi los dos años de relación que tuvimos, y supongo que aún no has echado la vista atrás para recordar todo aquello. Total, ya lo hago yo por los dos.
No sé si fuiste un capullo siempre y yo no me di cuenta, o si fuiste así solo al final para hacer que fuera más fácil olvidarte. Aún hay días que pienso que fue por lo segundo, y en esos días me gustaría darte las gracias, gracias de corazón por mandarme a la mierda de la forma en que lo hiciste.
Y ahora, que ya me da igual si fuiste o no un capullo, y me he cansado de que seas tú el protagonista, os escribo a vosotros. A los que me leéis. Porque es terrible perder el tiempo con personas que no lo merecen. Con él gasté todo mi tiempo, y ya veis, no he recibido nada a cambio. Y ahora, gracias a todos los que me dejaron marchar, sé quién merece mi tiempo y quién no.

"El primero en olvidar,
es el más feliz"

martes, 23 de junio de 2015

A quien me dejó marchar

No lo sé. No sé qué pudimos haber sido. Y ahora, la verdad, no me importa. Me importó en su momento, y esa idea rondó por mi cabeza hasta que la imagen de ti se difuminó y se perdió entre mis recuerdos.
Pero alguien ocupó tu lugar. No tiene por qué ser una pareja, tal vez fue una amiga, un amigo, un familiar, algo que hacer... Pero también tengo que decir, a quien me dejó marchar, que es una decisión con la que tendrás que cargar el resto de tus días. Que puedo prometerte que jamás encontrarás a alguien como yo. Que nadie te volverá a mirar con los mismos ojos, ni te sonreirá de la misma manera. Que nadie volverá a hacerte reír del mismo modo, ni a hacerte llorar. Y tal vez, en algún momento, cuando creas que me olvidaste, alguien pasará a tu lado con mi perfume y durante unos segundos volverás a pensar en mí. ¿Sabes qué creo? Que un día cualquiera, una mañana cualquiera, te despertarás con alguien a tu lado y te darás cuenta de que me echas de menos.
Hay historias que nunca acaban, pero, del mismo modo, hay otras que nunca llegaron a empezar. Te deseo lo mejor, a ti, y a quien me dejó marchar, por hacerme libre.